¡Granollers gana con Zeballos su primer Grand Slam!

Marcel Granollers no será recordado por ser el único doblista derrotado en sus cinco primeras finales de Grand Slam en la Era Open (desde 1968). Lo será por haber sido campeón en la sexta. Por fin, con 39 años, después de haber probado el sabor amargo de la derrota en Roland Garros y el US Open 2014, en ambas ocasiones con Marc López, y en el US Open 2019 y en Wimbledon 2021 y 2023, con Horacio Zeballos, el español disfrutó al lado del argentino de un triunfo merecido en el major parisino: 6-0, 6-7 (5) y 7-5 ante Joe Salisbury y Neil Skupski.

Marcel y Horacio (40 años), que también estrena su palmarés en la máxima categoría, habían apabullado hace bien poco a los británicos, en los cuartos del Masters 1.000 de Roma. En unas condiciones diferentes, con la Chatrier cubierta debido a la lluvia, empezaron el partido con un rosco histórico, por lo poco habitual que es en finales de dobles de Slams. En París solo había pasado una vez en la época abierta: en 1991, cuando Fitzgerald y Jarryd se lo endosaron a Leach y Pugh. En otros torneos hubo cinco: uno en el Open de Australia y cuatro en Nueva York.

Alternativas y emoción

En ese primer set maravilloso, la dupla hispanoargentina solo perdió ocho puntos. El segundo fue igualado. Granollers y Zeballos solventaron sus saques sin problemas y tuvieron opciones de quiebre en tres juegos, pero lo perdieron en el desempate. En el tercero sufrieron para superar a Salisbury y ­Skupski (cinco títulos de Slam entre los dos), pero cerraron felizmente la final soñada.

Fue un parcial emocionante y precioso, con puntos increíbles como el de Horacio —hizo un partido sensacional y tomó la responsabilidad en momentos cruciales—, con bolas de quiebre en contra, que corrió para alcanzar la pelota fuera de la pista y meterla prácticamente rasa de revés a una mano. También tuvo su protagonismo Marcel, en los dos últimos tantos, magníficos por su parte. Fue el colofón a una victoria que llevaba años buscando y que no podía ser más justa.

“La verdad es que estoy feliz de haberlo ganado con Horacio. Porque llevamos muchos años con muy buenos resultados. Y las finales que perdimos fueron momentos difíciles. Supimos aguantar bien juntos y seguir trabajando para mejorar como pareja. Nunca hemos parado de intentarlo y tenemos el premio. Creo que peso 10 kilos menos ahora. El día de descanso fue bueno para recuperar, pero la cabeza iba a 3.000. Y jugar a las siete de la tarde, con todo el día para pensar... Estás con muchas ganas de ganar, pero quieras o no tienes en la cabeza al diablo que te habla y te dice que no dejes escapar otra final”, expresó Granollers, que es el sexto campeón español de dobles masculino en Slams, no podía estar más contento y aliviado.

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