Alcaraz, Agassi y el Dragón
El español y Sinner se sometieron a una brutal y a la vez bella tortura. Parecían la máquina que el padre de Agassi construyó para devolver bolas a su hijo sin descanso.
Andre Agassi, la leyenda elegida este año para entregar la Copa de los Mosqueteros al campeón, quizá viajara al pasado viendo a Carlos Alcaraz restar las bolas de un replicante como Jannik Sinner hasta levantarle tres bolas de partido. Su padre Mike, un boxeador frustrado que proyectó en su hijo su ansia de gloria, construyó una máquina que bautizó como ‘El Dragón’ que devolvía pelotas una y otra vez a su joven vástago hasta agotarlo. “No es suficiente que golpee todas las bolas que el Dragón me dispara; quiere que golpee más fuerte y más rápido que la máquina. Quiere que gane al Dragón”, recordaba el estadounidense en su autobiografía Open.
Esa es la sensación que debió experimentar el italiano en algunas fases del partido, la de estar luchando contra una máquina. Un martillo pilón incansable, al que cuando parecía que le cortaban la energía encontraba dentro un generador que volvía a hacer prender la chispa. En un cuerpo de 22 años se esconde ‘El Dragón’, aunque Sinner también podría pasar por un ingenio como el que sufrió Agassi. Los dos se sometieron a una tremenda tortura ante la mirada asombrada del genio de Las Vegas. Brutal y a la vez bella.
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