Las 5 claves de la desilusión final
El Racing, que llegó a liderar ‘sobrado’ LaLiga Hypermotion, acabó clasificándose para el playoff con la lengua fuera y se quedó bastante lejos de haber alcanzado la final.


Y colorín colorado, el cuento del Racing 2024/2025 en Anduva se ha acabado. Desde el frenazo que supuso el empate en La Rosaleda, donde comenzó el declive de los verdiblancos, hasta la jornada 42, el equipo dirigido por José Alberto López hubiera terminado el 14º. El dato puede ser tramposo, porque también se puede destacar que en esas primeras jornadas no hubo rival que lo hiciera sombra. Pero lo más cierto es que el Racing cumplió el objetivo de mejorar la temporada pasada, se clasificó para un playoff al que llegó con la lengua fuera, pero estuvo muy lejos de poder disputar la final.
La sangría defensiva
El Racing acabó la temporada pasada siendo sabedor de que los goles encajados le ‘sacaron’ del playoff y que debía reforzarse en defensa. No renovaron a Germán, Juan Gutiérrez, Rubén Alves y Dani Fernández. Por contra, apostaron por fichar a Clément Michelin (Girondins), Javi Montero (Besiktas) y Javi Castro (Alcorcón), pero el problema defensivo, como reconoció José Alberto en la previa del último partido, es endémico porque su “manera de jugar está claro que no ayuda a la línea defensiva”. Con 51 goles encajados durante la fase regular y hasta 7 durante los dos partidos del playoff, el aspecto defensivo ha sido una losa que ha tumbado buena parte de las aspiraciones del Racing por volver a Primera División trece temporadas después.

Pocos recursos
No se puede decir que el Racing tuviera una plantilla corta. Eran 26, nada más y nada menos que 26. 24 fichas profesionales además de Mario García y Jeremy, que ni han olido de cerca el equipo del que usan dos de sus licencias. La plantilla era larga..., pero no de efectivos con los que ha contado José Alberto. Todos han jugado algo, pero unos (bastante) más que otros. Lo que sí que se puede señalar es que no ha logrado abarcar todo lo que el fútbol demandaba.

De todos los recursos, y probablemente muy motivados por el modelo de juego de José Alberto, Mikel Martija no firmó en su plantilla a ningún lateral de corte defensivo. Michelin, Sangalli, Mario y Saúl destacan más por lo que hacen cuando el Racing tiene el balón que cuando lo pierde. Tampoco se contempló la opción de Mantilla en el carril del ‘2′, más allá de un partido contado, ni de Salinas, el internacional Sub-18 que tiene una pinta tremenda y al que le auguran mejor futuro como central zurdo.
Otra de las piezas que no han encontrado en la plantilla es la del centrocampista creativo. Un Riki Rodríguez, para que nos entendamos. Si bien Íñigo Sainz-Maza cayó lesionado en octubre, ninguno de los otros futbolistas eran susceptibles tampoco de reunir esas características. Aldasoro y Unai Vencedor, con sus matices (uno es más ‘8′ y el otro más ‘6′), destacaban más por el trabajo sin balón que con él. Maguette tuvo una gran irrupción, pero su paso adelante responde más desde un punto de vista físico, y Meseguer, el más técnico de todos, venía de destacar en Segunda como goleador y llegador a área contraria.

Fallido mercado invernal
Cuando AS informó acerca de los planes de Mikel Martija para reforzar al Racing, era realmente difícil discutir la contratación de Meseguer, que venía de dos temporadas exitosas ascendiendo a Primera División, ni probablemente tampoco la de Rober González, que había subido con el Alavés hace no tanto y el NEC Nijmegen le había pagado más de un millón de euros al Betis. Hasta ahí, todo correcto. Pero también es realmente difícil afirmar que hayan funcionado. Básicamente porque ambos han sido claramente suplentes durante su estancia en Santander.
Sería ventajista señalar el último ‘XI’ de la temporada, básicamente porque si no llega a tener un virus estomacal, Meseguer hubiera salido de inicio, pero en la mayoría de posados que Nacho Cubero (y sus colegas) hacían en la víspera de los partidos, ninguno de los dos aparecía. De los 23 partidos que Meseguer ha podido jugar desde que está en el Racing, ha participado en 19 y solo en 8 de ellos lo hizo como titular. Por otro lado, Rober llegó para disputar 18 jornadas y salió de titular en 7.

Decisiones controvertidas
Hay quien sostiene que toda persona lleva dentro un presidente del Gobierno y, si además es futbolero, un entrenador de fútbol. Dirigir a un equipo de (casi) élite, de fútbol profesional, es complicadísimo. Y probablemente a cualquier racinguista (y no racinguista) le encantaría estar en el sitio que ocupa José Alberto López. Lo sé. Como también sé que los entrenadores suelen ser los muñecos del ‘pim-pam-pum’, como dice Antonio Carriazo, comentarista de ‘SER Deportivos Cantabria’. Lo que también sé es que rara vez he percibido que el entorno racinguista no pusiera alguna pega al ‘XI’ del Racing cuando veía la hoja de partido.

De todos los casos, hay dos especialmente significativos. Uno está en el eje de la defensa. ¿Qué hizo mal Manu Hernando para que Mantilla le ganara el puesto? José Alberto explicó, a pregunta de AS, que veía mejor al camargués y a Javi Castro, a los que mantuvo durante 9 jornadas, donde encajaron 14 goles. Otra pregunta en el aire fue “¿Por qué no juega Montero?”, que llegó sin hacer pretemporada y lo metió con apenas tres entrenamientos. La respuesta fue que por decisión técnica.
El ataque tampoco se libra. Juan Carlos Arana se perdió algunos partidos por lesión en noviembre y aunque no se pueda afirmar que haya sido suplente, tampoco que haya sido titular indiscutible. El canario, con sus luces y sus sombras, ha sido el máximo goleador del equipo sin contar penaltis. Mientras que Andrés Martín ha marcado 11 de jugada, en el caso de Arana han sido 13. En el caso de Karrikaburu, titular en el partido más decisivo de la temporada, fueron 8.
Sin ‘Plan B’
No está mal tener un modelo de juego. Laureano Ruiz tenía un método, rígido, pero que encontraba soluciones dentro de los diferentes frentes que se abrían dentro del propio partido. En el Racing ha quedado demostrado durante esta temporada que no ha habido una solución alternativa cuando la cosa se ponía ‘chunga’. Al 4-2-3-1 le salieron dos mutaciones contra el Mirandés, una con un ‘trivotazo’ en la ida y otra con defensa de 5 en la vuelta.
Pero más allá del dibujo, que es importante porque por eso lo ponen los entrenadores, al Racing de José Alberto le ha faltado más cintura en los planteamientos. De la defensa adelantada (y en línea, no equilibrada) al embudo en tres cuartos de campo, con Iñigo Vicente, Andrés Martín y el mediapunta de turno compartiendo mapa de calor y sin que el juego fluyera con un sentido de un lado a otro y siempre se acabara por el mismo lugar donde empezaba. O, para hablar claro, sin que se quemaran las naves con centros y gente en el área cuando fuera necesario.
Siempre hay un hilo de esperanza...
Pero que los árboles no impidan ver el bosque. Aunque la temporada haya acabado de nuevo en tristeza general, hay mimbres para construir un proyecto sólido que realmente pueda perseguir la ilusión por el ascenso a Primera División. El Racing de hoy ya no es aquel enfermo en la UVI. Todo lo contrario.
Si algo han hecho Sebastián Ceria y Manolo Higuera es que el Racing goce de una gran salud económica hasta el punto de que ha contado con uno de los límites salariales más alto de LaLiga Hypermotion, y más que lo será la próxima temporada con la histórica salida del concurso de acreedores. Hay razones para el optimismo..., y la mejor afición de España.
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