El adiós de un capitán
Sergi Gómez, que quiere jugar en el extranjero, pone punto y final a cuatro temporadas de blanquiazul

Cuando el Espanyol celebró la permanencia con una victoria agónica ante Las Palmas Manolo González repartió méritos y reconocimientos. Se acordó de muchos, también de los que no habían participado durante la temporada, pero quiso hacer un aparte con Sergi Gómez. Capitán del equipo, prácticamente inédito en la segunda vuelta y cuarto central de la plantilla. Un futbolista con poco impacto en el campo, pero con un gran peso en el vestuario: “Quiero mencionar a un jugador especial: Sergi Gómez. Merece un reconocimiento. A mí me ha enseñado lo que es ser un profesional. No ha jugado en toda la segunda vuelta y ha sido un ejemplo en el vestuario. Me gustaría tenerlo cerca toda la vida”, explicó Manolo. Ahora sus caminos se separan.
La salida de Sergi Gómez, que acababa contrato, estaba cantada. Ahora, ya está confirmada. El propio jugador, en Radio Arenys de Mar, confirmó que su futuro no está solo lejos del Espanyol, sino lejos de España: “Me gustaría buscar una aventura en el extranjero. A día de hoy no puedo decir todavía nada, pero por aquí van los tiros. Quiero seguir disfrutando del fútbol”, explicó el central. Con un largo recorrido en LaLiga, su siguiente paso será en el extranjero.
El paso de Sergi Gómez por el Espanyol ha ido indudablemente de más a menos, perdiendo protagonismo especialmente en la última temporada. Aterrizó en Cornellà-el Prat en la temporada 21-22 procedente del Sevilla (tras jugar en Barça y Celta) disputando en su primer año de perico 31 partidos. En el siguiente jugó 29 y en la 23-24, en Segunda División, disputó 34 partidos (23 de ellos como titular). Ha sido en esta última campaña cuando su protagonismo ha menguado considerablemente. Con Cabrera y Kumbulla como titulares y Calero como el primer suplente, Sergi Gómez ha disputado 12 partidos, solo 6 de ellos como titular.
Más allá de su rendimiento deportivo, la realidad es que Sergi Gómez ha sido un futbolista muy importante en el vestuario perico en las últimas temporadas. Se convirtió en capitán en la 23-24 tras la marcha de Darder y el descenso a Segunda, y se ganó el cariño de la afición defendiendo siempre al club y a sus compañeros
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