El nuevo Doncic: “La NBA tiene un problema”

Luka Doncic se ha puesto las pilas. Al menos, eso es lo que parece en las imágenes que hemos visto en las últimas semanas, que no son pocas. El esloveno ha ejercitado su cuerpo y se le ve más delgado que nunca. Fueron muchas las voces que se alzaron cuando fue aplaudido en el Movistar Arena, donde ocupó un asiento al lado del del presidente Florentino Pérez en el transcurso del primer partido del playoff de la ACB entre el Real Madrid y el Baskonia, con victoria para los blancos. Doncic nunca ha ocultado su predilección por su exequipo y fue ovacionado por el que en su día fue su público.

Se le vio muy delgado. Y no sólo ahí, sino también en otras comparativas que demuestran que ha perdido unos cuantos kilos desde febrero hasta ahora. Las imágenes en el gimnasio también han sido una constante para un jugador que pronto volverá al ruedo y que tiene pendiente este verano un Eurobasket con Eslovenia, con la que siempre juega en los compromisos internacionales. Ahí veremos si realmente se trata de una realidad o es un mero espejismo. Pero parece que el base se lo está tomando en serio y que quiere llegar en un gran estado de forma a la cita... y a la próxima temporada de la NBA.

Los Lakers fueron eliminados en primera ronda de playoffs por los Timberwolves (4-1) en lo que fue una dura derrota tras las expectativas generadas en el histórico traspaso de Doncic. Y fueron entonces muchas las críticas que se centraron en el pobre nivel defensivo del esloveno y en su condición física, argumentos ya enarbolados previamente por Nico Harrison para justificar la decisión de mandar al base de Dallas a Los Ángeles. Camino de los 27 años, Doncic ha decidido que es el momento de ponerse manos a la obra, cuidar su cuerpo como si de un templo se tratase y mentalizarse para hacer historia. Y, de momento, los cambios parecen evidentes.

Dieta, ejercicio y siempre una sonrisa en la cara. Ahora, la clave para Doncic es la perseverancia y la constancia. Las carreras más longevas de la NBA han ido de la mano de cuerpos que se han cuidado al milímetro, especialmente en los parones en los que no hay baloncesto. Esa será la clave para un jugador generacional, que está dispuesto a marcar una era, ha batido varios récords de precocidad y ha estado siempre en la narrativa que acompaña las distinciones individuales. Pero que también ha sufrido demasiados problemas físicos para la edad que tiene. Y que ahora, por fin, ha decidido cuál es el camino que quiere seguir para que el cielo sea el límite. Ya veremos si lo consigue.

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